De acuerdo con Prensky, un área clave que parece haber sido afectada por la cultura digital es la reflexión, definida como el proceso de aprender de la experiencia. Señala que "uno de los retos y oportunidades más interesantes en la enseñanza a nativos digitales es descubrir e inventar formas de incluir reflexión y pensamiento crítico en el aprendizaje [...] pero haciéndolo aún en el idioma nativo digital".
Eso me hizo pensar en el rol que los profesores deben asumir dentro de una clase apoyada por tics, uno de los asuntos más importantes dentro del mundo de la tecnología educativa.
No hablemos de la selección de recursos, ni su adecuación con el currículo, ni de lo apropiado del diseño gráfico o instruccional, ni de la planificación de la actividad. Supongamos que todo eso ocurrió de la mejor manera. Dentro de la clase, enfrentado el maestro con sus aprendices y con el recurso más apropiado, ¿qué papel juega este maestro en la escena descrita?. Yo sigo pensando que es uno de los más importantes: tiene que encargarse de que la reflexión ocurra. Que el aprendiz entienda cómo se llama lo que aprendió; que sea capaz de definirlo, describirlo, clasificarlo, interpretarlo, cuestionarlo... El profesor debe lograr que ese sea un conocimiento transferible y que cuando el estudiante se enfrente nuevamente a él, sepa identificarlo sin lugar a dudas, aún cuando esté a 500 KM del computador más cercano.
Tal vez sea este el principal desafío.
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