Hoy, en uno de mis encuentros cercanos con la burocracia venezolana, estuve leyendo la libreta de los sueños. Noche tras noche revivía todas aquellas situaciones que tenían que haberme hecho enojar y no lo hicieron. Cambiaba la locación, cambiaba el otro personaje, pero las situaciones eran las mismas y, por fin, pude enojarme.
La rabia era un sentimiento que había sido anulado en mi tras un feroz entrenamiento de resignación y respeto por la jerarquía. Fue así como terminé bajo un régimen en el que ser respetada era un privilegio al cual yo no tenía acceso y donde no había derecho a la nostalgia ni a la rabia.
Hoy firmé la "separación de cuerpos" y en un año más el asunto se convertirá en divorcio. Y acá estoy. Con la rabia intacta, enterita, "cero kilómetros", sin estrenar. Sin saber si se va a extinguir de a poquitos usando las escasísimas ocasiones en que me doy permiso para llorarla; si se convertirá en una enfermedad terrible o se liberará en un gran acto de perdón cuando ocurra mi conversión a alguna religión oriental.
Lo cierto es que cuando yo creo que ya se ha ido, ella reaparece: negra, revuelta, podrida, turbulenta, tempestuosa y arrebatadora, como buena rabia que se respete... que se respete. Que se respete...
...tengo tanto que aprender de mi rabia.
5 comentarios:
"Lloradlo todo pero lloradlo bien"
No tengo idea de lo que pueda haberte recomendado tu psicologa, pero creo que lo mejor para "envejecer sabroso" es comenzar a dejar todas las rabias en el camino, bajarlas de este autobús, lanzarlas por algún barranco y rellenar esos espacios con otro tipo de sentimiento. En el mientras tanto valen todas las lágrimas.
Salud
planeta urupagua: tal vez me haga falta, para llorarlo todo y para llorarlo bien, quien me abrace mientras lloro en un parque cualquiera de un país cualquiera, mientras miles de hojas caen como lágrimas acompañando mi propio llanto. estoy segura de que esta escena debe sonarte conocida. te quiero.
Hola Luz:
No te conozco, pero justo hace unos días leí esto que a continuación te copiaré. Tal vez no he pasado por lo que tú estás pasando, pero el que no ha vivido de alguna manera un pequeño infiernillo que lo ha hecho crecer no ha vivido. El dolor y las cicatrices, aunque no sean bienvenidas, son maestras en esta nuetra tierra y ninguno nos salvamos de ellas por muy idílica que deseemos que sea nuestra vida.
Bueno, te copio:
"Displays of ill will demonstrate as much emotional connection as displays of affection. One of the great lessons of healing is: The opposite of love is not hate; it´s indifference. The catalyst for this process of replacing a poisonous relationship with an indiferent one is forgiveness. Forgiveness is a gift you give yourself. When you are able to unknot the cord that has kept you bound to your ex-partner, you set yourself free. You realize that you are the creator of you own life. "
Shirley P. Glass
Sof, te agradezco muchísimo el comentario y la cita. Yo estudié 13 años en colegios católicos y si bien he tenido que deshacerme de muchas de las cosas aprendidas, sigo pensando que no debemos vivir con rencores ni odios en el cuerpo. La teoría la manejo perfectamente, el problema es llevarlo a la práctica. Anhelo esa indiferencia de la que habla esta cita, pero quiero darme tiempo. Mucho me ha costado poder sentir la rabia. Un enojo que me devolvió la dignidad que había perdido y me regresó a mi misma. El perdón va a llegar, sin duda... porque yo así lo quiero. Pero al igual que todo lo anterior, llegará en el momento que corresponde. Ni un minuto antes, ni un minuto después.
Confieso que he trabajado a medias esta mañana pues la emocion e inspiración no me han dejado. Estoy a punto de llorar y me he puesto melancólica. Pero estoy Feliz. Feliz de saber de ti. Feliz de poder decir que fuiste de inspiración aunque no siempre entendi muy bien lo que hacias. Respecto a la separación, puedo decir que lo vivi, quizas en una forma diferente, pero igual cuesta superarlo. Lo que si aprendi es que a veces no somos capaces o no nos sentimos dignos de merecer un trato amable, diferente como debiera ser y entonces nos resignamos porque lo que esta afuera simplemente luce peor. Pero, aunque deseaba seguir molesta porque sentia menos dolor, el perdon no le hace falta a nadie más a que a mi. Es la liberación y el corte defiinitivo y eso es lo que da mas miedo porque mientras hay resentimiento esta vivo el sentimiento. Una vez perdonado (no creo que olvidado, lo recuerdo pero no me duele), ya se ha ido y solo queda el vacio quizas para dar paso a la temida indiferencia.
En fin, un abrazo. Rosa A. CCS. VZLA
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