lunes, noviembre 21, 2005

Conocí a Lorena


El sábado pasado conocí a Lorena. Es una mujer de baja estatura, de rasgos fuertes, de color bronce, que viste a la moda con sencillez y que camina con mucha más firmeza que el resto de las mujeres de la tierra. Es rehabilitadora social en Cerro Navia. Tiene 40 familias a su cargo. 40. 40 familias de extrema pobreza; con padre maltratador alcohólico o drogadicto, madre limosnera, hijos que no van a la escuela y casa sin platos ni cubiertos. 40 familias sin hábitos de higiene, sin cultura alguna, sin letras ni poemas. 40 cargas que asume suyas como una madre sin fronteras. 40. Pero lo más sorprendente de ella es que se siente frustrada porque de cada 40 familias que ella acoge bajo su ala, sólo 30 logran rehabilitarse. "¿Sólo?", pregunté yo. Y proseguí: "Con una sola de esas familias que logre rehabilitarse, no sólo queda justificado tu trabajo, sino también tu existencia sobre esta tierra". Qué manía tan femenina esa de ponerse metas imposibles, de autoexigirse la santidad a partir de cosas que no dependen de una.

Lorena me hizo sentir que mi trabajo era tan irrelevante como un bostezo. Despertó en mi un respeto inmenso y una admiración que limita con la devoción. Me conectó con el Chile que amo: el de Víctor, Pablo y Violeta. Conocer a Lorena fue uno de esos privilegios nacidos en la bondad infinita del Dios en el que creo.

2 comentarios:

இலை Bohemia இலை dijo...

Desde luego eres afortunada por poder conocer a una persona que es un ejemplo a seguir...Cuando te sientas desfallecer piensa en ella, igual es como un reconstituyente espiritual...

Interesante post...

Anónimo dijo...

Sabes estaba almorzando hoy con alguien quien es medico tambien y me contaba que despues de una guardia en el hospital de lidice, una de las zonas "buenas" de Caracas, pidio un taxi y cuando le avisaron que habia llegado...salio y se encontro con un señor de 50 a 60 años con una sonrisa en la cara que de un salto se bajo a abrirle la puerta mientras le decia con una sonrisa en los labios: " adonde vamos señorita linda..digame que yo la llevo"...despues durante el viaje a la casa de esta galena..le conto la vida y obra del porque una medalla que colgaba del retrovisor...una medalla al merito de obra social...ya que el señor abria las puertas de su casa para que comiera quien quisiera...sin cobrarle nada...ademas su casa tiene colchonetas por monton para quien quiera dormir bajo techo sin hacer mucha bulla porque los vecinos son lago sensibles...esa historia me recordo esta que lei hace dias...y le dije a esa persona que me relato esta historia mal narrada por mi ....que aun siendo medicos,,,la labor que hace estas personas nos hace pensar que no somos tan importantes como creemos..que vaina no...un trago a la salud de esa MUJER y ese HOMBRE de bien...salud