Supongo que una de las razones por las que he retomado estas fotos, tomadas hace ya 26 años más o menos, tiene que ver con un sentimiento fuerte de desprotección. La soledad ya es un problema, pero esta sensación de andar por la vida "sin techo" es mucho menos llevadera que el andar sin compañía. A esa edad aún estaba sola con mis padres y todo su cuidado era para mi. Era la única, la LUZ de sus ojos. Pero fui desplazada por una hermana y después, por el tiempo y después, por alguien que me protegió de todo menos de él... y ahora sólo a mi me corresponde cuidarme, pues ya no hay posibilidad de otro techo que el que yo misma construya para mi hogar.
4 comentarios:
ME PARECE MUY BUENA REFLEXCIÓN, PERO EN LA VIDA A UNO SE LE ENTREGAN MUCHOS CAMINOS, AHÍ UNO SI QUIERE ESCOGER EL MÁS HACERTADO. PERO YO CREO QUE LOS HERMANOS NO SON UN REEMPLAZO EN LA VIDA DE UNO , SI NO MÁS BIEN UNA HERMOZA Y CALIDA COMPAÑÍA, PARA CUANDO LOS MÁS GRANDES YA NO ESTÁN.
Un saludo cariñoso y un beso
Busca la felicidad, amiga Luz Caraballo, que te aseguro que al final es mejor que diez techos juntos.
Abrazo
PD: ¿Te dí la bienvenida formal a la blogósfera? Igual, ¡bienvenida!
Trini, yo creo que no es un problema de caminos, sino de crecimiento. Hace unos días una amiga me dijo "la protección que se siente cuando uno es niño y vive con sus padres, nunca más se vuelve a sentir". Fue sólo unos días después de publicar esto y entendí que es algo normal y bueno. Sólo hay que aceptarlo y vivir tan Feliz como se pueda, como dice el Tecnorrante. Gracias por la bienvenida y por el saludo cariñoso de Altazor. Un beso para ti también.
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