miércoles, septiembre 28, 2005

"El punto es... que no siento nada".


Cuando David Helfgott (Geoffrey Rush), en Shine, se paró delante de la tumba de su padre dijo: "El punto es... que no siento nada". De acuerdo con una experta que conozco en materia de emociones la explicación es la siguiente: si se hubiese permitido sentir el dolor por la muerte de su padre, por la misma puerta habría entrado también toda la rabia acumulada, todo el resentimiento, el rencor amargo. Queda comprendido. Queda profundamente comprendido para mi.

2 comentarios:

Tecnorrante dijo...

Excelente aclaración la de tu amiga!

Shine no es una gran película, cinematográficamente hablando (pienso que está por encima del promedio, pero no llega a ser grande), pero en manejo de emociones realmente brilla.

luzcaraballo dijo...

Jamás habría cuestionado a Shine cinematográficamente hablando. Me supera completamente la marejada de emociones de que me produce como para poder observar cualquier aspecto formal (de los que, además, no conozco mucho). Es la primera película que me hizo llorar varias cuadras más allá de la salida del cine y sólo ahora estoy descubriendo levemente por qué.