lunes, marzo 31, 2008

Cusco o Cosqo

Cosqo significa "ombligo del mundo". Los ombligos funcionan como un recordatorio de lo que fuimos antes de nacer. Es el vacío que dejó el cordón umbilical, único medio de alimentación en el vientre materno.
Cusco es el ombligo del mundo americano. Nos recuerda lo que fuimos antes de nacer como naciones; antes de la conquista, de la imposición de otra religión, otro idioma, otra cultura. Antes de transplantar acá otros alimentos, otro color de piel.
En mi opinión, nos falta mucho para volver a ser como éramos antes de nacer. Puede que ésa sea la verdadera meta.

La totora y los Uros


"Si no puedes vencerlos... vete donde no te molesten". Los Uros cambiaron la estategia con dignidad. No se unieron al otro, al ajeno, al enemigo que los sometía y desplazaba. Reinventaron su mundo. Huyeron en balsas de totora y decidieron vivir allí. Esto hizo que las balsas que construían fuesen más y más grandes, hasta convertirse en islas flotantes capaces de albergar a varias familias.
Los Uros construyen las balsas e islas con totora; arman sus casas con el mismo material; la usan para encender el fuego, la consumen en ensaladas... Nunca el mismo material fue tan ampliamente aprovechado por un pueblo.

Titicaca

Titicaca es la castellanización de "puma gris" o "puma de piedra" (la forma del lago visto con muuucha imaginación). Es grande y lindo. Los destellos del sol sobre el lago son enceguecedores e hipnotizantes. Después de salir del estrecho formado por las penínsulas de Capachica y Chucuito, se crece en extensión y en belleza.
Dicen que hay ranas gigantes que habitan en el fondo. Dicen que sus peces alimentan a los miles de habitantes de sus islas y el continente que los rodea, dicen que sus truchas no huelen a pescado, dicen que casi toda el agua del lago se evapora y por eso no crece a pesar de tener tantos afluentes y un solo desagüadero... De todo esto yo sólo conozco lo que vi: es inmenso, es muy bello y, una vez que lo miras, no puedes dejar de pensar en él.

A la espera del Dios Sol a las 5:11 am

"Arequipa Colca Arequipa Arequipa Arequipaaa" es el grito guerrero que se escucha desde hace unos 45 minutos por todas partes. Llegamos al terminal de Cusco desde Puno. Nos dijeron que podríamos quedarnos en el autobús hasta las 5 am, pero fue una más de las mentiras para turistas, tan usuales en estas tierras.
La mayoría de las demás personas que esperan en el terminal están cubiertas por mantas o ponchos y duermen lo mejor que pueden. No sé si esperan el sol (como nosotros) o que llegue su hora de partir a destino. No sé qué esperan mientras dormilan.
Algunos mantos son aburridos, de polar, hechos en serie. La mayor parte son únicos, vienen de un telar y sus colores representan el ánimo de la tejedora al momento de hacerlo. Los hay con peces, llamas, conejos; con figuras que me ocultan su significado y otras que son sólo decorativas. Los más sorprendentes son aquellos que ocultan un niño; un bebé dormido a espaldas de su madre, envuelto como el más maravilloso de los paquetes.
Esperamos al sol, tan venerado antiguamente en estas mismas tierras, en este Cosqo - ombligo del mundo. Pareciera a los ojos de cualquier ingenuo que estamos en la sala de embarque de un terminal terrestre; pero para quien tenga los sentidos abiertos será muy claro que estamos haciendo antesala a un dios.

sábado, marzo 29, 2008

Pisaq

Pisaq está a unos 40 minutos de Cusco. Es apenas una de las cientos de ruinas incas que hay en el Perú. Hay restos de varios templos dedicados a las deidades que adoraban, normalmente relacionadas con las constelaciones de la vía láctea. Lógicamente, las figuras que ellos vieron en el cielo uniendo las estrellas con líneas imaginarias, no son las mismas que vieron los griegos.
Subir esas escaleritas nos hizo preguntarnos si lograríamos concluir exitosamente el camino del inca... El problema nos es muscular sino de oxígeno. A tantos metros sobre el nivel del mar, respirar es otra cosa. No hay oxígeno que alcance. Pero usaremos la vieja filosofía de "un pasito a la vez". Esta vez valió la pena la subida. Sabemos que concluir la caminata en Machu Picchu será un estímulo mucho mayor... y si todo falla, recordaremos lo que pagamos y eso nos dará la fuerza que necesitemos para no devolvermos :D.

sábado, marzo 22, 2008

Desde Lima


Contra todo pronóstico y completamente fuera de lo planeado, escribo desde Lima. No tenía pensado conocerla, pues escogimos invertir la mayor cantidad de tiempo posible en Cusco; pero teníamos 9 horas de espera y la verdad es que los aeropuertos son lugares en los que sólo hay que pasar el tiempo estrictamente necesario. Vinimos a Miraflores a acompañar a los padres de Super M. a su hotel y, ya que estábamos, a iniciar la degustación culinaria. Comimos pescado al ajo, anticuchos de corazón, pulpo al olivo y ceviche de pescado(en la foto). Todo delicioso. Además, tomamos un pisco sour francamente glorioso. Extrañaba (y sigo extrañando) los pisco sour de El Mesón Nerudiano, de El Cachafaz...
En pocos minutos partiremos a Cusco. Seguramente me voy a apunar, tendré soroche, es decir, se me quitará el hambre momentáneamente y me costará respirar cuando camine rápido o suba escaleras, por efecto de la altura. Pero cuando se me pase, gastaré las suelas de mis zapatos recorriendo las callecitas adoquinadas, esas que cambian de nombre en cada esquina, esas por donde a diario pasan personas de los 5 continentes, las calles del ombligo de la tierra, de Cusco, de mi Cusco. Caminaré de la mano de M. y sentiré que estamos en el centro del mundo.