Hace exactamente un año, en un correo electrónico enviado a uno de mis grandes amigos (y, en ese momento, mi soporte más importante) escribí lo siguiente:
Yo sigo cautiva de mi misma. A veces tengo la impresión de estar parada frente a la puerta de mi propia jaula, con las llaves en la mano, sin atreverme a abrirla por miedo a todo lo que hay afuera. Siento que no hay nada ni nadie esperándome... y me quedo adentro, en la cálida incomodidad de mis propios miedos.
Y había mucho y muchos esperándome afuera (empezando por el destinatario de mis palabras). A veces vuelvo a entrar a la jaula pero, por fortuna, ahora hay muchas más voces que me gritan que estarán allí, afuera, esperando a que salga para darme un fuerte abrazo.
Gracias a los dueños de todas esas voces.
4 comentarios:
Algunas susurran, otras gritan... me alegra tanto saber que aunque todavía me encierro a ratos en mi jaula, yo también coincido contigo en que salgo para saludar a todas esas voces lindas que me llaman.. .y tú eres una de ellas!! Gracias por estar allí, mi mujer de tierra!!! ;)
sabes
la mas de las veces
es importante
reconocer donde se esta
y saberlo aunque no sea un espacio compartido
ayuda a crecer
Yo escucho voces y no veo a nadie!!!
Xauu :|
Tambien, a veces me siento enjaulada, solo que aun no me atrevo a abrirla. El miedo me paraliza sobre todo porque no estoy sola, debiera pensar que sería la libertad para mi y para los míos. Pero sigo ahi, enjaulada queriendo que magicamente se habra, sin que yo deba hacer nada.
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